domingo, 1 de febrero de 2015

Epitafio Para Mi Tumba

Alfonsina Storni

Aquí descanso yo: dice "Alfonsina"
en epitafio claro, al que se inclina.

Aquí desacanso yo, y en este pozo
pues que no siento, me solazo y gozo

Los turbios ojos muertos ya no giran,
los labios desgranados, no suspiran.

Duermo mi sueño a pierna suelta,
me llaman y no quiero darme vuelta.

Tengo la tierra encima  y no la siento
llega el invierno y no me enfría el viento.

El verano mis sueños no madura,
la primavera el pulso no me apura.

El corazón no tiembla, salta o late, 
fuera estoy de la línea de combate.

¿Qué dice el ave aquella, caminante?
Tradúceme su canto perturbante:

Nace la luna nueva, el mar perfuma
los cuerpos bellos báñense de espuma.

Va junto al mar un hombre que en la boca
lleva una abeja libadora y loca:

Bajo la blanca tela el torso quiere
el otro torso que palpita y muere.

Los marineros sueñan en las proas, 
cantan muchachas desde las canoas.

Zarpan los buques y en sus claras cuevas
los hombres parten hacia tierras nuevas.

La mujer, que en el suelo está dormida,
y en su epitafio ríe de la vida,

como es mujer, grabó en su sepultura
una mentira aún: la de su hartadura.